Pero, ¿cómo podría beneficiar esta medida al real estate? Las miradas están repartidas; mientras que algunos especialistas aseguran que esos dólares se podrían canalizar en inversiones en el mercado inmobiliario, otros consideran que serán ahorros que se destinarán a gastos diarios, para aquellos que hoy no están llegando a fin de mes.
“Claramente va a afectar, aunque dependerá del monto que permitan blanquear. Si son montos bajos, por supuesto no, pero cuanto más altos sean los montos, más puede afectar al mercado inmobiliario”, explica Martín Boquete, director de Toribio Achával, y añade: “Esto se traducirá en un aumento de la cantidad de operaciones y en un alza de los precios”.

Otros especialistas detallan cuál es el público que podría aprovechar esta medida. “Aquellos que no se metieron al blanqueo del año pasado, quizás por miedo, tal vez aprovechen esta oportunidad y la inviertan en propiedades. Pero me imagino un volumen chico”, opina Federico González Rouco, economista especializado en vivienda.
Por su parte, Lorenzo Raggio, gerente general de la inmobiliaria Interwin, opina que son ahorros que se usarán para gastos del día a día, de familias o incluso empresas que no están llegando a fin de mes: “Quienes no se metieron en el blanqueo anterior eran ahorristas más pequeños, que no tenían acceso a un contador. Hoy, hay gente golpeada por el aumento de los costos de la economía, que no llega a fin de mes y tiene que usar de sus ahorros para vivir”.
Al mismo tiempo, piensa que, al igual que González Rouco, algunos podrán destinarlos a comprar un inmueble, pero que no cree que serán la mayoría. José Rozados, fundador de Reporte Inmobiliario, coincide con esta mirada y asegura: “En el blanqueo anterior, que terminó hace una semana, hubo alguna repercusión, pero en este caso no esperaría un impacto importante”.
Otro posible beneficio de esto se vincula con los créditos hipotecarios. La mayoría de estos préstamos financian la compra de una casa, pero no cubren todo el valor de la propiedad, sino que piden un anticipo de entre el 25 y el 30%. Al poder blanquear dinero sin pagar impuestos, se podría blanquear ahorros de sumas menores al total de un inmueble, como el anticipo de un préstamo, y acceder, así, a través de esta vía, también a la casa propia.
“El blanqueo anterior fue exitoso, pero finalmente no fue tanta plata a inversiones en ladrillos, aunque los beneficios eran buenos”, explicó Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU). Al mismo tiempo, ve positivas las nuevas posibles medidas: “Ojalá en esta edición eso mejore. Creo que va a ser más flexible y eso es bueno”.
El Régimen de Regularización de Activos, más conocido como “blanqueo”, iniciado el año pasado y que terminó hace pocos días, contó con tres fases. El esquema diseñado permitió que, en cada una de las etapas, los contribuyentes pudieran declarar sus activos con una carga impositiva progresiva sobre el valor excedente de US$100.000: un 5% en la primera fase finalizada el 8 de noviembre (que además era la única etapa en la que se podía blanquear dinero en efectivo), y un 10% en la segunda, que culminó el 7 de febrero. En la última, que cerró el pasado 8 de mayo, se establecía una alícuota del 15%.
En este proceso, podían regularizar activos todas las personas, sucesiones indivisas y personas jurídicas, residentes fiscales en la Argentina en la que sus activos se hayan adquirido hasta el 31 de diciembre de 2023, estuvieran o no inscriptas como contribuyentes ante ARCA (ex AFIP). Mientras que los funcionarios públicos o quienes lo hubieran sido durante los últimos 10 años -además de sus cónyuges y convivientes, sus padres, hijos, hermanos y cuñados-, no podían hacerlo.
Aunque todavía no hay números precisos de la última fase, los datos oficiales de ARCA indicaron que hasta la segunda etapa, el Gobierno ya había logrado formalizar aproximadamente US$32.000 millones. De este total, casi US$10.000 millones correspondieron a bienes registrables como inmuebles y vehículos. Además, más de 278.000 contribuyentes ingresaron al régimen, y se declararon 267.076 cuentas, incluidas 16.290 cuentas en el exterior.
Uno de los beneficiarios de este blanqueo, como se mencionaba antes, fue el sector inmobiliario, aunque los especialistas consultados coinciden en que se esperaba un impacto mayor. Dado que los que blanquearon dinero debían mantenerlo dentro del sistema financiero hasta diciembre de 2025, para no abonar impuestos, existían algunos casos en los que se podía utilizar ese dinero blanqueado para, por ejemplo, comprar inmuebles, sin que se le apliquen las alícuotas.
En este caso, el dinero en efectivo, que debió blanquearse durante la primera etapa y depositarse en una Cuenta Especial de Regulación de Activos (CERA), podía invertirse en alguna de las colocaciones autorizadas por el Ministerio de Economía sin pagar impuestos, como, por ejemplo, en propiedades en construcción que estuvieran inscriptas en el Registro de Proyectos Inmobiliarios (REPI) de AFIP y tuvieran hasta el 50% de avance de obra.
Pero también existía la opción de comprar propiedades usadas, a estrenar o en pozo con más del 50% de avance de obra, que costaran más de US$100.000 y sin pagar ninguna penalidad. Esto era posible transfiriendo el monto de la transacción de una cuenta CERA a otra cuenta CERA, ya que mientras el dinero blanqueado continuara dentro del sistema financiero hasta diciembre de 2025, no se abona ningún impuesto.
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Por: María Josefina Lanzi