Quienes hoy tienen menos de 40 años a menudo se llaman a sí mismos “la generación sin terreno”. Eso explica por qué el anuncio de los nuevos créditos hipotecarios UVA, a finales del mes de abril, causó tanto revuelo y renovó miles de ilusiones.
Hace un tiempo un especialista me dijo que con los créditos hipotecarios se abren ventanas. Son períodos, de meses o a veces años, en los que se habilita la oferta de este tipo de créditos, y hay que tirarse de cabeza. El tema es que, habiendo UVAs de por medio, quizás nos tiramos y nos estrellamos contra el piso. O no, aun no lo sabemos. Por eso es momento de tomar toda la información disponible, analizar qué es lo mejor, y recién ahí decidir.
¿Qué sabemos hasta ahora?
A varias semanas del comienzo de los anuncios, más de una decena los bancos públicos y privados que ofrecen créditos hipotecarios UVA a sus clientes. Hasta el momento todos coinciden en que se puede usar el dinero para primera vivienda y también para quienes ya cuentan con una propiedad. Además, se podrán hacer ampliaciones y/o refacciones y están disponibles en todo el territorio nacional. Hubo miles de consultas en todo el país, y ya se entregó el primer crédito de este tipo, a una contadora en la Ciudad de Buenos Aires.
¿Pero qué es lo más relevante de todo esto? Las UVAs, por supuesto. El coeficiente por el cual se ajustarán las cuotas mes a mes, y que sube al ritmo de la inflación. Ese fue el gran dolor de cabeza de quienes confiaron en esta opción hace ya 7 u 8 años, y mes a mes vieron cómo su cuota no paró de subir. En este punto muchos especialistas coinciden en que esta vez la perspectiva económica es diferente, pero en la Argentina nada está asegurado.